Blog Viajeros con Entreriosycafe 20230528. Por William Rios Moncayo Gerente Entreriosycafe Destinos Saludables RNT 48115

Eje Cafetero es el segundo destino del País, pero el primero en ser un destino de naturaleza pues su biodiversidad de fauna y Flora se da gracias a su ubicación estratégica, valles entre las cordilleras de los andes occidentales y centrales de Colombia en alturas que van desde los 400 msnm hasta los 5.200 msnm. En esta oportunidad queremos contar su historia y entender todo lo que llevo a ser declarado por la Unesco en el 2011 Patrimonio Cultural por ser el Paisaje Cultural Cafetero. En esta segunda entrega hablaremos

De la subsistencia a la acumulación

Finalizado el primer período presidencial de Tomás Cipriano de Mosquera (1798- 1878) quien impulsó la navegación de vapores por el Magdalena, la apertura de caminos y las mejoras de los servicios de correo, entra el General José Hilario López al poder, cuando la República se prepara para declarar la manumisión de 16 mil esclavos (1852). Entonces, se da una emancipación temida en los grandes feudos de las provincias de Popayán y Cauca y en las grandes minas de Antioquia, Chocó y Barbacoas, y se proponen cambios fundamentales como la ley agraria, la separación de la Iglesia y el Estado, la libertad de prensa y la federalización de la República.

A medio siglo de haberse perdido la importancia comercial alcanzada por Honda durante la Colonia como nodo de la navegación del Magdalena en el camino que parte desde Barranquilla con destino a Bogotá, Antioquia, el Cauca y Quito, consecuencia de la apertura de puertos sobre el Pacífico en Guayaquil, Tumaco y Buenaventura, y del camino establecido por Nare, surge Manizales como el poblado más estratégico de la provincia sur del Estado de Antioquia; entonces esta aldea que se desarrolla sobre una retícula con centro en la plaza mayor, va emergiendo al ritmo de la arriería, al tiempo que se va desarrollando un bahareque de tierra, constituido por un una mezcla de estiércol de equinos y limos inorgánicos aplicados sobre una esterilla de guadua, dispuesta sobre una armadura de tallos de la misma Bambusa.

Durante esta segunda media centuria que cierra el Siglo XIX, luego de duros años de trabajo empleados por los colonos con la esperanza de hacerse a la tierra como medio de subsistencia, y buscando el ascenso social, Manizales pasa a ser el teatro de las confrontaciones armadas de 1860, 1876 y 1884 entre los estados de Antioquia y Cauca, donde el necesario aprovisionamiento de las tropas favorece una economía de subsistencia.

Para 1876, la población de la aldea de bahareque y tapia pisada llegaba a 10 mil habitantes y la del país a unos 3 millones. Entre tanto, la promisoria economía del fértil valle del río Cauca, donde se esperaba el beneficio de obras como el Ferrocarril del Cauca, se fue a pique como consecuencia de la inestabilidad política de estas guerras civiles.

Pasado este difícil período, las pequeñas fincas de pan coger del área entre Quindío y Manizales, que se laboran bajo el modelo de producción familiar, se siembran ahora con propósitos comerciales, primero en caucho y posteriormente en café, dando origen a un sistema económico y social diferente al de peonaje y haciendas característica de los grandes predios de los estados de Cundinamarca y Cauca, fundamentado en el trabajo asalariado, ya que con la colonización del siglo XIX, al establecerse el principio de “Tierra para quien la trabaje” se crean las bases para un modo de producción capitalista.

El grano de oro para el desarrollo: El Café

Los habitantes de la Tierra del café poseen una cultura donde inciden determinantes de la caucanidad y de la antioqueñidad, relacionados con los modos de producción de la minería de la Colonia y de la actividad agraria del siglo XIX. Si en el caucano gravitaron el modo esclavista en la minería y el feudal en la hacienda terrateniente, en el colono venido de Antioquia la nueva caficultura será una actividad minifundista soportada en el trabajo asalariado de pequeños propietarios, donde la cultura se enriquece con el aporte del caucano de clase media caracterizado por sus imaginarios de libre pensador, lo que forja una sociedad laboriosa y emprendedora en este territorio cafetero, y una economía que florece durante los primeros setenta años del siglo XX.

Así, en una perspectiva socio ambiental, los habitantes de este territorio antes denominado Gran Caldas, heredan en su cultura imbricada profundas trazas de la racionalidad propia de la tierra del hacha y la ruana, y de la mentalidad abierta y liberal de la caucanidad que impulsa al ciudadano no vinculado a la tierra ni a la minería, hacia el comercio y la producción manufacturera.

Aunque Manizales aparece al empezar la transformación política y social de Colombia (1849), Pereira se funda cuando Mosquera da la guerra con Ecuador por Tumaco (1863), y Armenia surge al detonar en Santander la guerra de los Mil Días (1899-1903). Si bien las fechas de fundación de estas tres ciudades intermedias conurbadas de la tierra del café, emplazadas sobre los abanicos aluviales son del período republicano, el mayor esplendor de la región apenas se vivió en la década de 1920, gracias al impacto de los ferrocarriles y cables cafeteros, donde el café y estos medios 20 veces más eficientes en costos y en tiempo, que la arriería, para sacar el preciado grano, aparecen como fuerzas motrices del poblamiento del centro-occidente colombiano.

Para entonces cambia la fisonomía de Manizales, un pequeño poblado que empieza a tener aires de ciudad gracias al surgimiento de una arquitectura ecléctica, en la que participan estilos victorianos, italianos y afrancesados, al tiempo que el nuevo modelo urbano abandona el trazo de la retícula ortogonal española para seguir las curvas de nivel a lo largo de la escarpada topografía; e igualmente, los numerosos periódicos y tertulias de la capital, anuncian una corriente de intelectuales y artesanos.

En Colombia, Carlos Eduardo Pinzón (1874-1925), en la década de 1920 alcanzará a exportar cerca de 35% del café colombiano, tras abrir el mercado de los Estados Unidos. Ahora, habiéndose constituido el café en el motor del desarrollo nacional, dicho empresario antioqueño pudo apoyar el Cable Aéreo Manizales-Mariquita, obra construida por los ingleses entre 1912 y 1922 para cruzar la Cordillera Central previniendo los impactos del nuevo canal interoceánico, y encontrar en el puerto de Honda la salida al Caribe transitando el Magdalena; y también hace lo propio el emérito comerciante promoviendo el Ferrocarril de Caldas como apéndice del Ferrocarril del Pacífico. Inaugurado el Canal de Panamá en 1914, Buenaventura que respondía por 8% de las exportaciones del país, con el impacto del tren y la obra del istmo, pasa a mover 32%.

Igualmente, gracias al café, se da la explosión de la navegación por el Magdalena. La importancia del grano de oro será fundamental, primero para encontrar la viabilidad del Departamento de Caldas que se crea en 1905, al haberse constituido Manizales en un próspero poblado de 25 mil habitantes, más o menos Medellín llegaba a 60 mil, y segundo, por lo que se apreciará en la década de 1920 cuando el meridiano económico de Colombia pasa por esta ciudad, convirtiéndola en fuente de divisas para la industrialización del país, condición que le permitió reconstruirse luego de los devastadores incendios de 1922, 1925 y 1926.

Comités para el desarrollo y caturra para la crisis

Aunque el antiguo Caldas apenas surge en 1905, tras la reforma territorial de Rafael Uribe Uribe (1859-1914), en cuestión de nada se pasa de una economía de subsistencia y de grandes empresas de arriería que le apuntan al mercado nacional, a otra de acumulación con ferrocarriles y cables aéreos que buscan los puertos marítimos. Gracias al café, la nueva sociedad empieza a conocer los beneficios de un cultivo de pequeña superficie con alto efecto distributivo del ingreso, con un modo de producción capitalista, lo que tendrá validez hasta la década de 1970.

Pero en 1927 se funda en Colombia la Federación Nacional de Cafeteros, institución que mediante los Comités logra irradiar los beneficios de la caficultura al campo, aportando y cofinanciando la construcción de caminos, acueductos, puestos de salud, redes eléctricas y escuelas rurales. Son los tiempos de la chiva y el yipao, en los que la economía y la vida de las comunidades de los pequeños pueblos y caseríos de las veredas de nuestra región, resultan pujantes, por lo menos hasta 1970 cuando llega el caturra con los efectos de una revolución verde, cuyos paquetes tecnológicos y financieros no pudieron ser asimilados por los campesinos propietarios: la consecuencia, sus tierras pasaron a manos de comerciantes y profesionales; entre tanto, aquellos con solo dos años de escolaridad en promedio, migran a la ciudad, justo en momentos en los cuales la reconversión tecnológica cafetera presenta mayores exigencias laborales y empieza a modificar la estructura de productividad y costos.

Y conforme la población se va polarizado sobre el eje Manizales – Pereira – Armenia, y el centralismo que desde la crisis de 1929 termina clonándose en las provincias, se facilita la escisión del Gran Caldas al crearse los departamentos de Risaralda y Quindío en 1966, al tiempo que la economía empieza un proceso acelerado de tercerización, y se da el ocaso de la sociedad industrial. Además, en la medida en que se ha venido conurbando el territorio vecino a las capitales cafeteras, la racionalidad agropecuaria en la tenencia de la tierra va cambiado, por otra relacionada con los potenciales usos del suelo urbano, a la vez que cambia el mapa de la caficultura colombiana, al desplazarse la producción a otras regiones, donde los bajos costos asociados a una menor productividad resultan viables frente a la crisis de precios del café.

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Knowing the Coffee Region, the golden grain for development: Coffee

The Coffee Region is the second destination in the country, but the first to be a nature destination since its biodiversity of fauna and flora is given thanks to its strategic location, valleys between the mountain ranges of the western and central Andes of Colombia at heights ranging from from 400 masl to 5,200 masl. On this occasion we want to tell its story and understand everything that led to its being declared by Unesco in 2011 Cultural Heritage for being the Coffee Cultural Landscape. In this second installment we will talk

From subsistence to accumulation

At the end of the first presidential term of Tomás Cipriano de Mosquera (1798-1878) who promoted the navigation of steamships on the Magdalena, the opening of roads and improvements in mail services, General José Hilario López came to power, when the Republic prepares to declare the manumission of 16 thousand slaves (1852). Then, a feared emancipation took place in the great fiefs of the provinces of Popayán and Cauca and in the great mines of Antioquia, Chocó and Barbacoas, and fundamental changes were proposed such as the agrarian law, the separation of the Church and the State, the freedom of the press and the federalization of the Republic.

Half a century after the loss of commercial importance achieved by Honda during the Colony as a navigation node for the Magdalena on the road that departs from Barranquilla to Bogotá, Antioquia, Cauca and Quito, as a result of the opening of ports on the Pacific in Guayaquil, Tumaco and Buenaventura, and from the path established by Nare, Manizales emerges as the most strategic town in the southern province of the State of Antioquia; then this village that develops on a grid centered in the main square, is emerging to the rhythm of the muleteering, while a bahareque of earth is being developed, made up of a mixture of horse manure and inorganic slime applied on a Guadua mat, arranged on a frame of stems of the same Bambusa.

During this second half-century that closes the 19th century, after hard years of work employed by the settlers hoping to get to the land as a means of subsistence, and seeking social ascent, Manizales becomes the theater of armed confrontations. of 1860, 1876 and 1884 between the states of Antioquia and Cauca, where the necessary provisioning of the troops favors a subsistence economy.

By 1876, the population of the village of bahareque and tapia pisada reached 10 thousand inhabitants and that of the country around 3 million. Meanwhile, the promising economy of the fertile valley of the Cauca River, where the benefit of works such as the Cauca Railroad was expected, collapsed as a result of the political instability of these civil wars.

After this difficult period, the small bread farms in the area between Quindío and Manizales, which are worked under the family production model, are now planted for commercial purposes, first for rubber and later for coffee, giving rise to an economic and different from that of peonage and farms, characteristic of the large estates of the states of Cundinamarca and Cauca, based on salaried work, since with the colonization of the 19th century, when the principle of “Land for those who work it” was established, the basis for a capitalist mode of production.

The golden grain for development: Coffee

The inhabitants of the Land of coffee have a culture where determinants of caucanidad and antioqueñidad affect, related to the modes of production of mining in the Colony and agrarian activity of the 19th century. If in the Cauca the slavery mode gravitated in mining and the feudal mode in the landed estate, in the settler who came from Antioquia the new coffee growing will be a smallholder activity supported by the salaried work of small owners, where culture is enriched with the contribution of the middle class from Cauca characterized by his free-thinking imaginaries, which forges a hard-working and enterprising society in this coffee-growing territory, and an economy that flourishes during the first seventy years of the 20th century.

Thus, from a socio-environmental perspective, the inhabitants of this territory formerly called Gran Caldas, inherit deep traces of the rationality of the land of the ax and the ruana, and of the open and liberal mentality of the Caucanicity that drives the citizen not linked to land or mining, towards commerce and manufacturing production.

Although Manizales appears at the beginning of the political and social transformation of Colombia (1849), Pereira was founded when Mosquera waged war with Ecuador over Tumaco (1863), and Armenia emerged when the Thousand Days War (1899-1903) broke out in Santander. . Although the founding dates of these three intermediate conurbated cities of the land of coffee, located on the alluvial fans, are from the Republican period, the greatest splendor of the region was hardly experienced in the 1920s, thanks to the impact of the railways and coffee cables, where coffee and these means, 20 times more efficient in costs and time, than the muleteering, to extract the precious grain, appear as driving forces for the population of central-western Colombia.

By then, the physiognomy of Manizales changes, a small town that begins to have the air of a city thanks to the emergence of an eclectic architecture, in which Victorian, Italian and French styles participate, while the new urban model abandons the layout of the grid Spanish orthogonal to follow the contour lines along the steep topography; and likewise, the many newspapers and gatherings in the capital announce a current of intellectuals and artisans.

In Colombia, Carlos Eduardo Pinzón (1874-1925), in the 1920s managed to export about 35% of Colombian coffee, after opening the United States market. Now, coffee having become the engine of national development, this Antioquia businessman was able to support the Manizales-Mariquita Aerial Cable, a work built by the English between 1912 and 1922 to cross the Central Cordillera preventing the impacts of the new interoceanic canal, and find in the port of Honda, the exit to the Caribbean transiting the Magdalena; and the merchant emeritus also does the same, promoting the Caldas Railroad as an appendix to the Pacific Railroad. When the Panama Canal was inaugurated in 1914, Buenaventura, which accounted for 8% of the country’s exports, with the impact of the train and the work on the isthmus, moves to 32%.

Similarly, thanks to coffee, the explosion of navigation on the Magdalena occurs. The importance of the grain of gold will be fundamental, first to find the viability of the Department of Caldas that was created in 1905, having established Manizales in a prosperous town of 25 thousand inhabitants, more or less Medellín reached 60 thousand, and second, for which will be appreciated in the 1920s when the economic meridian of Colombia passes through this city, turning it into a source of foreign currency for the industrialization of the country, a condition that allowed it to rebuild itself after the devastating fires of 1922, 1925 and 1926.

Committees for development and caturra for the crisis

Although the old Caldas barely emerged in 1905, after the territorial reform of Rafael Uribe Uribe (1859-1914), in a matter of no time it went from a subsistence economy and large muleteering companies targeting the national market, to another of accumulation with railways and aerial cables that look for the seaports. Thanks to coffee, the new society begins to know the benefits of a small-area crop with a high income distribution effect, with a capitalist mode of production, which will be valid until the 1970s.

But in 1927 the National Federation of Coffee Growers was founded in Colombia, an institution that, through the Committees, managed to spread the benefits of coffee growing to the countryside, contributing and co-financing the construction of roads, aqueducts, health posts, electrical networks and rural schools. These are the times of the goat and the yipao, in which the economy and the life of the communities of the small towns and hamlets of the sidewalks of our region, are thriving, at least until 1970 when the caturra arrives with the effects of a green revolution, whose technological and financial packages could not be assimilated by the peasant owners: the consequence, their lands passed into the hands of merchants and professionals; meanwhile, those with only two years of schooling on average, migrate to the city, just at a time when the coffee technological reconversion presents greater labor demands and begins to modify the structure of productivity and costs.

And as the population becomes polarized along the Manizales – Pereira – Armenia axis, and the centralism that since the 1929 crisis ends up cloning itself in the provinces, the division of Gran Caldas is facilitated when the departments of Risaralda and Quindío are created in 1966, by time that the economy begins an accelerated process of outsourcing, and the decline of industrial society occurs. In addition, to the extent that the territory neighboring the coffee capitals has been urbanized, the agricultural rationale in land tenure is changing, for another related to the potential uses of urban land, while the map of land changes. Colombian coffee growing, as production moves to other regions, where the low costs associated with lower productivity are viable in the face of the coffee price crisis.

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